Muchas son las vidas que he arrebatado a lo largo de mi vida, y muchos son lo que han intentado arrebatarmela, la única diferencia, es que nadie lo ha conseguido.
Durante toda mi vida he hecho lo que otros me han ordenado, si tenÃa que matar a un mercenario, lo hacÃa; si tenÃa que matar a un criado, lo hacÃa.
En los últimos nueve años, mi vida ha sido idéntica, con mi propia identidad eliminada, asà lo quisieron ellos, puede llegar a parecer cruel, pero a mà en ese momento no me lo pareció, pues cuando estás tan desesperado por conseguir algo de comida y dinero, haces cualquier cosa, aunque eso te destruya con el tiempo.
Todo comenzó un oscuro dÃa, se avecinaba una gran tormenta, como las que son tÃpicas en esta época del año.
Apenas tenÃa siete años cuando me llegó mi primera marca, estaba ayudando a los aldeanos con las tareas que cada uno desarrollaba todos los dÃas, era ya algo monótono y todos lo hacÃan en el menos tiempo posible.
Se vislumbró el primer rayo seguido de un estruendoso trueno, fue como si la mismÃsima tierra hubiese temblado, cuando el ruido desapareció unas gotas comenzaron a caer, pero no eran como gotas normales, eran como ácido, cada gota que caÃa en mi frÃa piel me quemaba.
Cuando intenté mirar mi mano, solo conseguà ver una intensa luz, en ese momento, sentà miedo, miedo por no volver a ver en la vida, por morir ahora.
Nunca antes habÃa experimentado esta sensación, de repente, algo me golpeó y caà al suelo, note un dolor en las rodillas y en las palmas, pero también sentÃa un cosquilleo en las palmas de las manos, era como si la electricidad corriera por mis venas.
Pasaba el tiempo y la tormenta no se detenÃa, era como si tuviera vida propia, yo seguÃa en el suelo, llorando y con mucho miedo, apenas podÃa moverme, levanté la mirada y miré el cielo, estaba negro pero a la vez estaba como despejado, puede que me lo hubiera imaginado, pero parecÃa como si la tormenta estuviera allà por error, como si no quisiera estar allà de verdad.
En ese momento escuché como una voz, la cuál hizo que me levantase al fin del suelo, y lo note, la electricidad corrÃa por mis venas, como si me hubiesen sacado toda la sangre y me hubiesen metido solo electricidad para sustituir lo que me habÃan quitado.
Asà fue como "los dioses" me dieron mi única forma de matar y de ganarme mi vida, podrÃa considerarse mi don una catástrofe, pero en realidad, es un milagro.
martes, 23 de abril de 2019
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